Interacción con comunidades aledañas a la
Reserva Natural Formosa
Experiencia de transferencia transgeneracional
de saberes con la comunidad Wichi El Aibal-Silencio.
Autora:
Gpque. Natalia Sol Alfonso
E-mail:
nsalfonso@apn.gob.ar
Resumen:
El Plan de Gestión de la Reserva Natural Formosa, identifica como una prioridad
el promover la revalorización de los saberes de las diversas culturas vecinas
al área. En esta línea se diseñaron y comenzaron a implementar distintas
acciones orientadas a fomentar la
transferencia de saberes tradicionales y la puesta en valor de prácticas
culturales, arbitrando los medios para la organización y logística de los
encuentros entre las comunidades wichí vecinas al área protegida, promoviendo
el vínculo con la sociedad, en un contexto cultural diverso.
¿Qué se
busca con estos encuentros de transferencia transgeneracional?
Graciela
González, mujer wichí de la comunidad El Aibal-Silencio, relató en distintas visitas
del personal de la RNF a la comunidad, que los wichí usaban históricamente el
“Inhot” (barro), la alfarería, para diversos usos: acarrear agua en botijas
llevadas en la cabeza por las mujeres, platos, ollas, tinajas para contener el
agua fresca, juguetes para los niños, collares, macetas, pero advierte que
nadie más de su comunidad sabe trabajar el barro. En un contexto de violencia
naturalizada, por discriminación racial, y deficiencia en las políticas
públicas que atiendan sus necesidades de salud, alimentación e ingresos
económicos, la salvaguarda de las costumbres ancestrales ha quedado en un
segundo plano. La organización de estos encuentros busca la vinculación de la
Reserva con las comunidades vecinas, la incorporación de la perspectiva de
género en las relaciones con las comunidades, la revalorización de los saberes
ancestrales, la participación de los jóvenes y niños, así como la articulación
del personal intercultural bilingüe de la RN Formosa, que hizo posible el desarrollo
del encuentro.
En
un principio se dio un acercamiento periódico a la comunidad wichí a través de
visitas realizadas por la guardaparque Natalia Sol Alfonso, estás permitieron la
construcción de un espacio de confianza entre el personal de la reserva y las
mujeres de la comunidad. En esos
espacios las mujeres comenzaron a expresar algunas inquietudes como la importancia
de mostrar su trabajo de alfarería, ante lo cual la reserva puso en funcionamiento
algunos mecanismos para propiciar el intercambio y la participación de las
comunidades wichí vecinas en la revalorización de sus prácticas ancestrales, en
este caso particular, de la práctica INHOT (técnicas de alfarería wichí).
Posteriormente
se diagramó un taller en la comunidad El Aibal-Silencio, organizado en conjunto
con las autoridades de la comunidad y la experta en la práctica, cuyo objetivo
fue generar un espacio de intercambio y trasnferencia entre las distintas
generaciones de la comunidad en relación a las técnicas y saberes vinculados al
INHOT. Desde la Reserva fue posible la
logística del taller gracias al Brigadista Emanuel Mendoza, como personal
intercultural y bilingüe facilitando la comunicación y la confianza, así como
la guardaparque Natalia Sol Alfonso con su rol de género.
El
día del taller llegamos a la comunidad a las 8 de la mañana y nos dirigimos
directo a la zona de El Silencio, dentro de la comunidad, para buscar a las dos
expertas que quedan en la comunidad (Graciela y Helvecia), además ellas
llevaron todos los materiales e insumos para trabajar y compartir y fueron
acompañadas por algunas de sus hijas y nietas.
Entre
los materiales que se utilizaron se mencionan bolsas con hueso para moler y
tamizar, hueso molido y tamizado, barro molido y cernido y barro para moler, un
tocón cuadrado de madera, un mortero de palo santo y el golpeador, frazadas
para sentarse en el piso, un marco con mosquitero para cernir los materiales,
un pedazo suelto de mosquitero también para cernir, elementos para el almuerzo,
tortilla para comer, termos con agua para tomar, radio para escuchar música, “yicas”
donde llevaban lo pequeño, la cucharita para modelar el barro, hilos y agujas
por si tejían, y para hacer los collares también traían barro preparado (húmedo
y amasado) para modelar las pelotitas y otras formas de cuentas.
Los
materiales utilizados en la técnica INHOT fueron recolectados y procesados por
las artesanas; y en el caso de las personas que trabajaron la técnica por
primera vez, contaron con barro recolectado por el cacique de la comunidad,
Francisco Quiroga, quién históricamente fuera el recolector de los materiales
para su fallecida esposa que era artesana del barro, así mismo, los huesos para
estas participantes fueron colectados por el personal de la Reserva; quemados y
molidos por las participantes.
Bajo
el techo del hogar de Saúl y Elisa nos estaban esperando otras mujeres y
varones, niños y niñas de la comunidad para realizar el taller. Se armó una
ronda donde cada una hacia algo, molían en los morteros, el hueso, el barro;
tamizaban los materiales, hacían pelotita con el barro y Graciela que ya empezó
a modelar su primer cacharro.
Algunos
de los varones y Emanuel Mendoza realizaron tareas de apoyo del
taller-encuentro como cocinar. Al mediodía aproximadamente se paró para
almorzar y después se continuó, habiendo hecho todas las participantes al menos
un cacharro.
Durante
la jornada se desarrollaron varios de los distintos pasos de la técnica INHOT,
desde el molido de los materiales, el amasado del barro, el moldeado de las
piezas, y el bruñido una vez secadas al sol. De todo el proceso se fueron
tomando fotografías y videos para un registro que será compartido en la
comunidad una vez cumplidos tres talleres de la misma índole, así como el
armado de una cartilla de memorias de los talleres.
De
este encuentro destacamos el trabajo específico de las mujeres que llevaron
adelante cada proceso de búsqueda y preparación de la materia prima, de los
elementos, y la manufactura, siendo incluidos algunos niños y niñas. También
han participado los varones haciendo un aporte logístico en infraestructura,
preparación de leña, preparación de la comida, y otros materiales.
Realizamos
luego unas breves encuestas a algunos participantes para hacer una evaluación
para ajustes y también para la difusión en
la radio local.
Hasta
este momento del año, en el contexto de aislamiento que estamos transitando, se
pudo llevar a cabo el primer encuentro, y la planificación del segundo,
incluyendo esta vez mujeres de la otra comunidad vecina a la reserva, El Mistolar,
distante unos 50 km de El Aibal Silencio. Este segundo encuentro se concretará
ni bien lo permita el Aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Un
tercer taller entre las dos comunidades será planificado una vez concretado el
segundo. Se espera poder seguir generando espacios de encuentro y acuerdos con
la Comunidad para abordar la trasferencia de otros saberes y prácticas
experimentales como por ejemplo otro proyecto de vinculación relacionado al uso
de la planta conocida como chaguar o “chitsaj” (Bromelia hieronymi).
Son
muchos los desafíos y las oportunidades que se derivan de estas vinculaciones
con la sociedad. Al presente, esta relación entre la reserva y las comunidades
wichí vecinas ha permitido generar un espacio de planificación conjunta que
deriva en la revalorización del patrimonio cultural inmaterial wichí y en el
uso sustentable de los recursos. La experiencia de la práctica INHOT, fue para
varias participantes una primera vez, por lo tanto, un gran paso para la toma
de su identidad cultural como un valor. Otro rol que puede asumir la reserva en
este marco, es la articulación para el fortalecimiento de los lazos entre dos
comunidades que estuvieron próximas en otros tiempos y que la colonización dejó
distanciadas.
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