Informe sobre el Patrimonio
Cultural Inmaterial: Práctica de cultivo “Cerco”
El presente informe da
cuenta de la práctica de cultivo denominada “CERCO”. Como objetivo principal, se busca registrar la práctica
como Patrimonio Cultural Inmaterial. Dicho objetivo se enmarca en el Plan de
Gestión de la Reserva Natural Formosa, siendo las “Prácticas tradicionales de
uso de los bienes del monte” un valor de conservación, y “Salvaguardar las
prácticas de comunidades criollas y wichí como patrimonio cultural inmaterial”
uno de los objetivos de conservación del área.
Para este registro, se
tomaron testimonios de vecinos y pobladores del área protegida. También se grabó
una entrevista a los pobladores Valentín Gallo y Orlando Gallo, quienes sostenidamente
llevan a cabo esta práctica dentro de la Reserva, en el paraje La Champosa.
A continuación se
describirán aspectos que hacen al funcionamiento del “Cerco”:
Método:
La práctica a la que
hacemos referencia está asociada al comportamiento del Río Bermejo y a las sucesiones
ecológicas que allí se dan, permitiendo cultivar alimentos estacionalmente a
los pobladores y vecinos de la Reserva Natural Formosa. Se realiza en cercanías
del rio o de los madrejones que se forman en los antiguos meandros del mismo
(ambiente denominado localmente “isla”) (Ver Imagen N°1), ya que el suelo allí cuenta
con las condiciones necesarias de humedad, fertilidad y porosidad. El nombre
“CERCO” hace referencia al cierre perimetral que se hace para impedir el
ingreso de animales, sin embargo, también se utilizan otros métodos de cierre,
uno de ellos llamado “cimba” que se describirá más adelante
Este método de cultivo
ribereño en el oeste formoseño, tiene procedimientos esenciales para ser
exitoso y varia mínimamente de una familia a otra según costumbres y
disponibilidad de materiales y ambientes.
El suelo para la
siembra se empieza a trabajar pasada la temporada de lluvias, en los meses de
julio y agosto, cuando el río baja. En cuanto a la elección del lugar, en
palabras del Sr. Valentín Gallo “Tiene
que buscar el lugar donde es linda la tierra, (…), por ejemplo la tierra de la
parte dura, salitrosa no sirve, tiene que ser tierra de bobadal. No es que uno
va a ir a sembrar en cualquier parte, no. Tiene que buscar, elegir la tierra.”.
La cosecha se hará
antes de la temporada de verano, cuando el rio y el bañado empiezan a crecer.
Ambientes:
La actividad se lleva a
cabo en la denominada “Isla”, un término que abarca cierta diversidad de
ambientes que se encuentran en las zonas inundables del Rio Bermejo, sin ser
literalmente una isla, sino una formación costera (Ver Imagen N°1). Allí se
desarrolla el “bobadal”, que forma parte de la sucesión vegetal que se da
cuando se retira el rio, compuesta casi exclusivamente por “palo bobo” (Tessaria integrifolia), “sauces” (Salix humboldtiana), y “suncho” (Baccharis salicifolia); en la “isla” también
se encuentran otras formaciones vegetales de “rama negra” o “paraíso” (Sesbania virgata) y “pitacanuto” (Senna morongii). Estos ambientes se
diferencian claramente de los de “bordo”, “parte dura” o monte fuerte (Ver Imagen
N°2), siendo esta la parte alta, de suelos duros y resecos por el sol, donde crecen
los arboles de madera dura y donde se emplazan las viviendas y las rutas.
Según el documento “Caracterización
de Ambientes de la Reserva Natural Formosa” realizado por técnicas de la APN
(NICOLA y FABBIO, 2012), son islas “…las playas de sedimentación que se forman
cuando baja el caudal del Río Bermejo. Son sitios muy fértiles por el aporte de
material que deposita el río y donde crece mucho el suncho. Estas son
aprovechadas por los pobladores de la zona quienes realizan parcelas de cultivo
temporal, de aproximadamente 1 hectárea, desde septiembre hasta que el río crece
nuevamente. El riesgo es que algunas veces el río crece y se lleva la
producción que no ha sido cosechada. En ellas se siembra sandía, melón,
zapallo, maíz, calabaza, tanto para autoconsumo como para la venta en los casos
que puedan obtener suficientes excedentes”.
Descripción:
El objetivo de “cercar” o “cimbar”, es cerrar perimetralmente el lugar
donde se cultivará para impedir la llegada de los animales que puedan dañar los
cultivos (chanchos, chivas, vacas, burros, perros y animales silvestres).
En cuanto a la elección
del lugar, además del suelo y la humedad, se contemplan la cercanía al hogar y
la disponibilidad de materiales para
cerrar. Estos últimos varían según costumbres y recursos accesibles; de la
misma manera varia el método de armado del “Cerco”.
En caso que el sitio sea
un “bobadal”, el cierre perimetral
podrá ser “cimbando” (Ver Imágenes N° 7 y 8), o sea entretejiendo a modo de
canasto. Los “bobos” de más de 8 metros de largo con diámetro de entre 5 a 10
centímetros, se entrecruzan con postes de “sauce” cada 3 metros. Los “sauces” dan la estructura, y los “bobos” forman una pared similar
a un canasto gigante. En este caso, además, se suele intercalar con postes de
madera dura (palo santo - Bulnesia
sarmientoi-, quebracho - Schinopsis
lorentzii -u otros) para que sea más resistente.
Otra manera de cerrar puede ser “cercando” (Ver Imágenes N° 3, 4, 5 y 6). En esta
metodología se va colocando la postería de a dos postes enfrentados a unos 20
cm, cada 2 o 3 metros, sirviendo de guía y soporte, de manera que “encaja”
entre medio el material que formará la pared. Ese material puede ser “palo
bobo”, ramas de “suncho”, “paraíso” (sinónimo “rama negra”) y/o “pitacanuto”, y
los postes pueden ser de “sauce” o de madera dura, como “palo santo”, “algarrobo”
(Prosopis spp), “duraznillo” (Salta
triflora), “quebracho”
o “iscayante” (Mimozyganthus carinatus).
Otro tipo de cierre se
puede hacer con boyero eléctrico de tres hilos (Ver Imágenes N° 9 y 10).
Cuando se describe el tamaño, los comentarios nos llevan a
decir que si trabaja un solo adulto, tal vez con ayuda de los hijos no mayores,
el “cerco” seguramente será menor a ¼ de hectárea; en caso ser dos adultos o
más, será mayor a ¼ de hectárea, pudiendo llegar a ½ o 1 hectárea. El testimonio
de V. Gallo da cuenta del “cerco” de su padre en los años 60’- 70’, de 2
hectáreas aproximadamente, el cual abastecía a dos familias.
De esto se desprende la
transferencia trasgeneracional de la
práctica, en donde toda la familia generalmente participa trasmitiendo sus
saberes y cada integrante cumple roles que permiten que la práctica tenga
resultados exitosos, aprendiendo en el camino su propia forma de llevar a cabo
la práctica, e incluso de honrar con ella a sus ancestros al momento de hacerse
cargo de su propio “CERCO”.
En cuanto al labrado de la tierra, V. Gallo cuenta
que su padre labraba con arado tracción a sangre, con cuatro caballos. También nombró
el método de arado con yunta de bueyes utilizado antiguamente por la familia
Tolaba, en el paraje La Escasía, a 3 kilómetros aproximadamente de El Risueño,
antiguo puesto de la familia Gallo arrasado hace unos años por el rio.
Al no contar en la
actualidad con arado, Valentín suele preparar el suelo para el cultivo con pala
y azada o removiendo con la pala únicamente el lugar donde pondrá la semilla.
Actualmente el
municipio de Ingeniero Juárez contribuyó en el labrado de la tierra con tractor
y discos de arado y en algunas ocasiones la Reserva también aportó el tractor,
usando el arado municipal. (Ver Imagen N° 12)
La siembra se hace en simultáneo con el labrado, o puede hacerse
posteriormente. V. Gallo resalta la importancia de tapar las semillas y los
brotes con ramitas para evitar el ataque de hormigas o de pájaros (mayormente
el “pepitero” Saltator aurantiirostris), y de ser necesario resembrar y/o combatir las
hormigas. …“Hay que cuidar la planta, por
ahí viene, le come el pájaro, tiene que volver a resembrar otra vez, para
reponer semilla”…”y ahí tene´ que cubrir con algo, pa´ que el pájaro no coma.
Con palitos, cualquier cosa, pa´ cubrir, porque, si no cubre la hoja, lo corta…
y las hormigas… es mucho el trabajo que da la planta, hay que atender”...”buscar
veneno para echar ahí, pa´ que la hormiga no venga a molestar”…”los pepitero… ese es bravo, lo corta bien
abajo junto a la tierra, lo corta y lo deja ahí, no la come nada ¡Mañero!...
Muy audaz el bicho ese.”
En cuanto a la elección
de los cultivos, los entrevistados y
las personas consultadas nombran: zapallo anco, zapallito de tronco, mandioca,
maíz, melón, sandía, poroto y batata.
En este tipo de cultivo
tradicional, no es necesario el riego,
ya que la humedad natural del suelo suele ser suficiente.
Al momento de la cosecha, pasados aproximadamente tres
meses de la siembra, los productos obtenidos pueden ser consumidos por las
familias y el excedente comercializado.
Una de las dificultades
que puede presentarse en la época de las cosechas es que el río crezca y se
pierda la producción de ese año, sin que las familias puedan preverlo, o
prevenirlo de alguna forma. Puede ser que “se crezca el bañado”, ocasionado por
el ingreso del agua del río por los antiguos causes “enlamados” (sedimentados)
en las zonas más bajas, lo cual inunda el cultivo y se pudre. O bien, el Rio cambia
su curso de manera sorpresiva, llevándose el suelo, el cerco y toda la
producción o parte de ella. Generalmente, se busca cosechar antes de diciembre,
época en que suelen ocurrir las primeras crecidas.
Para almacenar la cosecha muchas familias
cuentan con una o más “trojas”. Se
trata de una especie de alacena similar a un quincho pequeño de 1 a 2 m2,
elevado del suelo, con paredes y techo de ramas. Principalmente, se usa para
prevenir el ataque de “gorgojos” al maíz o a la algarroba, con un método de
aislamiento con cenizas. También el zapallo anco es guardado allí.
Elementos:
Los factores naturales
necesarios para que esta práctica se dé de la manera descripta son:
·
El
suelo fértil, suelto y húmedo.
·
Las
dinámicas hidrológicas ligadas al Rio Bermejo.
·
La
estacionalidad.
Las herramientas
y materiales utilizados:
·
Arado,
caballos, bueyes, tractor, discos de arado.
·
Pala,
azada, horquilla, machete, hacha.
·
Alambre,
boyero, batería.
·
Los
postes de madera, ramas o palos para “cercar” o “cimbar”.
·
Las
semillas de la cosecha anterior.
Los aspectos culturales
que caracterizan a la práctica y la sostienen en el tiempo son:
·
Las
costumbres asociadas al ambiente.
·
El
gusto por los productos que se cultivan.
·
El
uso de lo que se produce como complemento alimenticio para los animales.
·
La
posibilidad de vender parte de la cosecha y así generar un ingreso monetario.
·
La
participación de las personas más jóvenes en la práctica.
Mapa
de actores:
El “cerco” es una actividad
que llevan a cabo las familias que viven en las cercanías del Rio Bermejo. El
testimonio de V. Gallo dice que la costumbre viene de Santiago del Estero, de dónde
provenía su familia. Participan todos los integrantes de la familia y puede
compartirse entre familias o con algún otro pariente o vecino.
En la Reserva Natural
Formosa, habita la familia entrevistada en el paraje “La Champosa”, ellos
practican esta técnica habitualmente (Ver Anexo:
Entrevista a Valentín Gallo y a su hijo Orlando Gallo). Otras dos familias,
están emplazadas en la Reserva, en el paraje “El Potrerito” y ocasionalmente
llevan a cabo la práctica.
Puede darse el caso que
alguna de estas familias participe del “cerco” de algún vecino del paraje vecino
al área, “Isla de Cuba” y viceversa. A continuación se describen los actores,
considerando a las familias como actores grupales.
Familias de
pobladores: Los
representantes de cada una de las familias son tres hermanos, los
Gallo/Figueroa, hijos de una antigua pobladora que hoy vive en Ingeniero
Juárez, Doña Jacinta Figueroa. Cultivan en la ribera del Rio Bermejo, en la
“isla de Potrerito”, dentro de la Reserva, donde además tienen ganado de
subsistencia:
·
Paraje
La Champosa, familia de Valentín Gallo, Orlando Gallo, Dina Campo e hija. Tiene
dos cercos activos.
·
Paraje
El Potrerito, familia de Pablo Gallo y Sara (Esposa), quienes habitan ocasionalmente
su puesto y puede acompañarlos algún hijo proveniente de Ingeniero Juárez.
Actualmente no hicieron “Cerco”
·
Paraje
El Potrerito, familia de Josefa Figueroa, Lucrecio González (Esposo), e hijos
“Mencho” González, Felipe González, Lautaro González, Ariel González (empleado
de RNF). Actualmente tienen un “cerco” activo.
Familias vecinas: En el paraje Isla de Cuba, vive
gente que vivió dentro de la RNF, son familiares de los pobladores actuales:
·
Carmen
Arias, Fermín Figueroa, hijos y nietos. Actualmente con un cerco activo.
·
Alberto
Rojas, Cristina Figueroa, hijos y nietos. Actualmente con dos “cercos” activos.
·
Marcelo
Gallo. Hijo de V. Gallo, colabora actualmente en el “cerco” de V. Gallo.
·
Marina
Masa e hijos. Actualmente no hicieron “cerco”.
Instituciones
involucradas:
INTA: Esta institución en algunas
oportunidades provee semillas, tecnologías, capacitaciones, materiales de algún
tipo y puede aportar pollitos para el engorde.
CEDEVA: Este ente provincial de validación
de tecnología agropecuaria, brindó eventualmente facilidades e insumos
agropecuarios.
PAIPPA: El Instituto Provincial de Acción
Integral para el Pequeño Productor Agropecuario de la Provincia de Formosa
trabaja con pequeños productores mediante la entrega de semillas.
APN: La RNF es informada por los
pobladores cada vez que tienen la intención de realizar tareas de armado o
mantenimiento del “cerco” a los fines de solicitar permiso. Informalmente se ha
autorizado a realizarlo en vistas de la importancia de la actividad. Aun no se
ha logrado enmarcar la práctica dentro del Reglamento de Evaluación de Impacto
Ambiental. Ha apoyado con el arado de las tierras de cultivo con el tractor.
Municipio de
Ingeniero Juárez:
En ocasión del arado de las tierras, el municipio colabora con los discos de
arado y la RNF con el tractor. En el último año el municipio se encargó del
total de la tarea.
Escuela Timoteo
Santillán, EPEP N° 504 y anexo EPES N° 3: Está inmersa en el paraje donde viven los pobladores.
Es un punto de reuniones, recepción de instituciones y es el espacio de
formación de los jóvenes.
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